Ninguna piensa en ti, lo único que quieren es lanzar lo más usado en los últimos meses que es lo que se vende como pan caliente.
¿Y tú en dónde quedas? Lo que te hace sentir bien y lo que te funciona es lo que menos toman en cuenta.
Y eso duele.
Las grandes marcas siempre se han ocupado de crear modelos que no son precisamente cómodas, sandalias con las que no siempre te sientes bien.
Pero, siempre hay una lucecita al final del túnel y esta vez nos referimos a esas pocas pero existentes sandalias que puedes encontrar en cualquier tienda, que son cómodas y que además te hacen sentir que invertiste en el par correcto.
Es importante que sientas que no todo está perdido en las sandalias de moda o en aquellos modelos que se venden mucho pero que a ti no te agradan tanto.
Toma lo siguiente en cuenta si quieres elegir sandalias cómodas:
1 Que los dedos de tus pies no sobresalgan demasiado hacia adelante
Este factor tiene mucho que ver con la textura de la planta de la sandalia, por ejemplo que sea lisa y sin ningún tipo de patrón.
Si los dedos del pie sobresalen corres el riesgo de perder el equilibrio y de caer hacia adelante. Para evitar este escenario, apostarás por suelas que tengan textura y patrones o relieves de los que tu pie se pueda adherir.
También te puedes valer de plantillas ortopédicas invisibles como estas que están abajo, que puedes colocar en la suela en caso de que te queden grandes las sandalias, es totalmente válido.
2 Que las sandalias sean ligeras
Llevar peso en los pies no es tan buena idea cuando lo que más deseas en este mundo es evitar dolor en las piernas.
Considera que el peso de las sandalias que te gusten y escojas sean livianas, que te permitan sentir que andas descalza incluso estés en una tarde de paseo por Madrid.
¿Y en dónde se encuentra la mayor parte del peso de la sandalia?
Casi siempre es en su suela o en el broche que puede llegar a ser de un metal pesado.
Sabemos que lo tendrás más en cuenta en un futuro.
3 Que su suela no sea muy delgada
Si es finita es la posibilidad de que se desgaste es mayor, también podría hacerte perder el equilibrio.
Y aunque sabemos que el grosor de la suela de las sandalias puede determinar su peso, es importante que te fijes en un tipo de suela con el que estés segura de que ni te caerás ni te durarán solo tres meses.
La objetividad te ayudará a conseguir un buen par de sandalias cómodas.
4 Evita los cierres de velcro
Si lo que quieres es obtener el doble beneficio de comprar un par de sandalias cómodas y duraderas. Solo en caso de que sepas que serás de lo más cuidadosa al ponerte y guardar las sandalias, considera comprarlas con cierre de velcro.
La razón por la cual son las que menos recomendamos es que la textura del material puede rozar con la piel de los talones y lastimarla, además de que se desgasta en menor tiempo.
Las sandalias con goma o de cierre de goma suelen ajustarse mejor a la forma de tu pie, con ellas es posible que encuentres comodidad ya que todo el peso de tu cuerpo se distribuye uniformemente en ambas suelas, a diferencia de llevar sandalias flip flops.
5 Pruébalas varias veces antes de darles el «sí» en la tienda
Las compras en línea te han llevado miles de veces a comprar sandalias que aunque son de tu talla, no siempre terminan de convencerte del todo.
Si ese es tu caso, es bueno que chequees que una vez que llegue el pedido a tu casa las políticas de devolución o cambio te permitan cambiarlas por una talla más grande o por un modelo que tenga una forma diferente.
Si vas a comprar en físico como lo has hecho toda la vida, es importante que te las pruebes, que camines y que desfiles con ellas las veces sean necesarias para asegurarte de que son de buen material, de que no te aprietan y de que todos sus detalles se amoldan a la forma de tu pie y no sean un accesorio que te incomode.
6 Que su planta sea acolchada
Evita las sandalias que tienen una suela plástica o de madera y que no tienen ningún tipo de plantilla ergonómica encima.
Existen sandalias como el ejemplo que tienes abajo, que tienen una planta totalmente acolchada que logran que tu pie esté amortiguado.
Son este tipo de sandalias las que te convienen y las que te ayudan con tu postura al caminar y a evitar que el pie se sienta en tensión.
7 Que sean de tu talla
En este momento te están llegando a la mente recuerdos de todas las veces que has pedido sandalias que son o una talla más o una menos de la que realmente eres, solo porque eran irresistibles o estaban en oferta.
Tranquila, es un problema que nos sucede a muchas, pero sí es bueno que seas realista y objetiva: «¿En realidad voy a usar estas sandalias o se convertirán en un par más dentro del clóset?».
Son bellas, están en oferta, son del color que no tienes… pero no te quedan bien, entonces no son sandalias cómodas.
¿Quieres tener una orientación más específica sobre la talla de zapatos correcta?
Echa un vistazo a este vídeo, lo más probable es que termine sirviéndote de ayuda:
Consejo extra: evita las sandalias que tienen tiras muy delgadas
Sabemos lo tentadoras que pueden llegar a ser unas sandalias gladiadoras para pasar el rato o para asistir a eventos que requieran que lleves un look más trabajado, por ejemplo; pero para el día a día y para la comodidad, no son precisamente una buena decisión.
Mientras más delgada sea la tira, mayores son las probabilidades de que ocasionen algún tipo de lesión leve al pie como quemaduras por el roce.
Si quieres escoger sandalias cómodas, considera que si son de tiras, sean de tiras gruesas que no te quemen o lesionen el pie al usarlas por varias horas.
¿Ya lo tienes todo anotado para ir a comprar un buen par de sandalias cómodas?
Ya nos contarás en comentarios cómo te va con eso.