Las sandalias de cuero son las sandalias de verano por excelencia.
Y son además las que más se ensucian incluso estando dentro de tu clóset, aunque es lo de menos cuando sabes que al menos por un par de años, no te dejarán mal.
Lo verdaderamente importante es lograr que tus sandalias de cuero luzcan como nuevas cada vez que las lleves puestas, recién salidas de la tienda a estrenar.
Y para que no te cohíbas de llevar tu calzado más cómodo en esta temporada tan calurosa y para que tengas unos consejitos extra a la mano, nos decidimos a hacerte esta guía.
Queremos que aproveches los días de sol para verte con amigos y seres especiales, así que manos a la obra:
¿Qué vas a necesitar?
Para nosotros es importante que no tengas que gastar dinero de más en productos especiales para la limpieza del cuero, así que todos los materiales de esta lista los puedes encontrar en la cocina de tu casa.
Claro, existen productos formulados para mantener el brillo del cuero, otros para darle elasticidad y evitar que se quiebre, y unos más especiales que cuidan el ph natural del material.
Es por eso que la clave en lograr resultados igual de profesionales con productos del hogar está en la delicadeza con la que limpies tus sandalias de cuero.
Y para saber qué tipo de producto vas a necesitar en tus sandalias primero debes saber qué impureza quieres eliminar: ¿quieres quitar solo el polvo?, ¿tiene manchas de café, barro o vino?, ¿son manchas de grasa o de tinta?
Ahora que sabes qué tipo de suciedad es la que quieres eliminar, te toca buscar todo lo que contiene esta lista:
- Cepillo de cerdas suaves: si es un cepillo de dientes que ya no usas y que tiene las cerdas suaves, mejor. Lo importante es que lo uses de ahora en adelante con el propósito de limpiar solo tus sandalias de cuero.
- Paños: para secar la humedad y para retirar rastros de polvo en seco.
- Jabón líquido sin color: te recomendamos que sea transparente, para evitar que el color del jabón manche a la piel de las sandalias (ya nos pasó).
- Amoniaco: para usarlo en caso de que las manchas sean de vino o de tinta que suelen ser las más duras de quitar. No te asustes, no usarás grandes cantidades.
- Agua: con ella logras que el jabón o el amoniaco no estén tan concentrados.
- Vaselina, crema de manos o crema hidratante convencional: ayudan a que la piel de las sandalias se hidrate y no pierda su brillo. Evita igual que la crema que vayas a utilizar no contenga colorantes.
- Cinta adhesiva: ayuda a eliminar rastros de suciedad superficial.
El secreto para limpiar sandalias de cuero y que queden como nuevas
Este tutorial no es apto para personas impacientes, la relajación y la paciencia son tus aliadas para lograr resultados de diez puntos.
Verás que no hay mucha ciencia detrás de un acabado de lujo, pero sí hay pasos que debes evitar para que no se te dañen las sandalias.
Recuerda que aunque sean el par más duradero que tendrás en el clóset por ser hechas de cuero, también son las más delicadas de limpiar porque un mal movimiento o un producto en grandes cantidades o erróneo las pueden dañar.

1. Quita rastros se sucio superficial
Comenzarás por quitar rastros de polvo o barro que sean fáciles de desprender, que sepas que es algo que está adherido a la sandalia más no que forma parte de ella como una mancha, por ejemplo.
Para ello puedes ayudarte de un pañito o de el cepillo de cerdas suaves, cualquiera de las dos herramientas que utilices debe estar 100% seca, para evitar que la suciedad se adhiera más y tengas que hacer doble trabajo.
Si lo que quieres es guardar tus pañitos para el final de la rutina de limpieza, puedes optar por la cinta adhesiva.
Envolverás entonces la cinta alrededor de los cuatro dedos de tu mano dejando el pulgar por fuera, es importante que dejes la parte lisa hacia adentro de la mano y la adherente hacia afuera.
Lo que harás luego es dar pequeños toques encima de las sandalias y con movimientos suaves, para lograr que la suciedad se quede impregnada en la cinta adhesiva. Repite este paso las veces que sean necesarias.
(También aplica para limpiar sandalias de gamuza y las peloticas de algodón que se quedan en la ropa).
2. Con un pañito seco, quitarás lo que quede de polvo
Ahora sí con el pañito lo que harás es quitar cualquier residuo de polvo que haya podido quedar en el material, además de hacer que retome su brillo en caso de que el cepillado haya sido fuerte.
Las dejarás reposar al sol hasta secar en caso de que hayas tenido que usar agua para quitar una primera capa de sucio.
Si eso era lo único que necesitaban tus sandalias de cuero, te puedes saltar los siguientes pasos hasta el 5, donde les devolverás el brillo y las prepararás para ser usadas nuevamente.
Te puedes apoyar de la vaselina o la crema hidratante para que la piel no se cuartee. Recuerda que es una piel natural, que va a absorber cualquier atisbo de hidratación que le coloques, es por ello que es fundamental crear una rutina de hidratación que repitas cada que las vayas a guardar en el clóset.
Y no es necesario que le apliques grandes cantidades, con una cantidad mínima pero bien esparcida tendrás más que suficiente, y la puedes aplicar con las manos o con ayuda de un pañito.
3. Limpia tus sandalias de piel a profundidad
Vas a buscar tus sandalias y las retirarás del sol una vez estén secas.
Como has logrado quitar lo superficial, ahora puedes ver a qué tipo de suciedad te enfrentas, si es barro, tinta, aceite, sudor o sucio.
Por lo general todo lo puedes resolver con un poco de agua jabonosa y el cepillo de cerdas suaves.
Es importante que no coloques las sandalias dentro de la mezcla sino que humedezcas bien puede ser un pañito o el cepillo de cerdas suaves y sea eso lo que uses para frotar, suavemente, la piel del calzado.
Repetirás ese paso hasta que veas que la mancha ha desaparecido por completo, y una vez estén listas las sandalias deberás pasar un pañito en seco para quitar rastros de jabón y humedad.
Si es una mancha más fuerte como la de tinta o la de vino entonces puedes proceder a preparar una mezcla de agua con unas pocas gotas de amoniaco y repetir el procedimiento que hiciste con el jabón.
Nota: no es recomendable que las uses si no están secas por completo, porque corres el riesgo de estirarlas o romperlas.
Así que no puedes saltarte el paso 4:
4. Sécalas de forma natural
Las sandalias de cuero son muy delicadas, así que no es buena idea dejarlas expuestas al sol directo.
Imagina que sales de la playa y te acuestas en la arena a secarte por horas sin ningún tipo de protección solar, tu piel te pasará factura después y no te dejará dormir bien por días.
Así pasa con las sandalias de piel, si las dejas al sol por horas lo único que conseguirás es que se cuarteen, se quiebren y se dañen.
Por ello las secarás de forma natural pero con brisa y debajo de la sombra.
Bien puede ser en el patio de tu casa, en la terraza, en el frente o en alguna ventana; debes asegurarte de que no le pegue el sol directo e ir moviéndolas hacia la sombra con el paso de las horas.
El paso del aire es clave para que no queden con mal olor.
Y evitarás el uso del secador de pelo porque se estiran y el calor puede hacer que se rompan, hazlo todo de forma natural.
5. Es necesario hidratarlas
Si además de prolongar su vida, quieres unas sandalias cómodas, es necesario hidratarlas.
Te comentamos que te puedes valer de cremas hidratantes o de vaselina sin color, con estos dos productos lograrás mantener el cuero de las sandalias como nuevo y así evitarás que se adhieran al pie y se formen ampollas por el roce.
Tendrás cuidado con la cantidad de producto que apliques al calzado ya que también corres el riesgo de mancharlo, recuerda que todo en su justa medida es mejor.
Y lo aplicarás haciendo uso de un pañito seco o de las manos que también deben estar secas. Aplicarás el producto uniformemente y repetirás este paso las veces que consideres sean necesarias.
Es bueno que des tiempo a la piel para que absorba el producto, si las usas apenas las hidrates se ensuciarán de nuevo porque todo se pegará a tus sandalias como un imán.
O en el peor de los casos, corres el riesgo de resbalarte.
Lo último que quieres es tener que repetir todo desde cero o sufrir de un accidente, así que te llenarás de toda la paciencia del mundo y esperarás a que tus sandalias estén 100% listas.

Y es que la espera siempre valdrá la pena…
Si tienes la posibilidad de lograr que tu calzado se vea como nuevo sin tener que invertir nada en ello.
Esta vez te acompañamos hasta aquí, pero tú puedes acompañarnos siempre que quieras desde los comentarios o desde nuestras redes sociales.
Tu feedback siempre será bienvenido, más, si tienes algún truco extra en mente que puedes compartir con la comunidad de #sandalovers de la que ya formas parte.
¿Tienes algún truco extra para lograr que tus sandalias luzcan siempre como nuevas?